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Eddie Gaedel |
--Un enanito tomó parte en un partido de béisbol a nivel de Grandes
Ligas con los Carmelitas de San luis.
Ese era Eddie Gaedel(nació el 8 de junio de 1925 y murió el 18 de junio
de 1961) un enano que trabajaba en circos y ferias de la época y no sabía nada
acerca del béisbol. Bill Veeck le ofreció 100 dólares (una fortuna en 1951) y
la oportunidad de ser un inmortal de este deporte.
Debutó un 19 de agosto de 1951 en un partido contra los Tigres de Detroit
durante la celebración del 50avo aniversario de la Liga Americana. En
el cierre del primer episodio, San Luis pidió tiempo para anunciar un bateador
emergente por Frank Saucer, el número 1/8 Eddie Gaedel.
En el estadio hubo un silencio y estalló el asombro, nadie lo creía. El
enanito se adelantó al cajón de los bateadores, pero el árbitro principal
detuvo el juego. El piloto Zack Taylor sabía lo que venía y le mostró al
árbitro la copia de los documentos de inscripción que habían sido enviados a la
oficina de la liga, para que llegaran justo a la hora de cierre del viernes y
nadie los viera. El árbitro dejó consumir su turno a Gaedel. Veeck,
le dijo a Gaedel de tan solo 3' pies 7"
(un poco mas de un metro) de estatura y 65 libras de peso
que se agachara al tomar su posición de
bateador.
Veeck le dijo a Gaedel que no le hiciera swing a ningún lanzamiento para
sacar la base por bolas. El lanzador, Bob Cain, utilizó su velocidad
normal buscando control. El primer rectazo de humo pasó cerca de Gaedel y lo
paralizó. Después de dos bolas malas, el receptor Bob Swift se acostó para
bajar el blanco y para entonces la fanaticada gritaba, pataleaba y
lloraba de risa. Gaedel recibió el boleto y partió hacia la inicial
haciéndole reverencias al público durante el trayecto. Lo reemplazó el titular
Jim Delsing en primera y justo allí terminó la carrera de Grandes Ligas de
Eddie Gaedel.
El lunes, el presidente de la liga mandó a borrar a Gaedel de los libros de
récords para no permitir la “payasada”. “Si hace eso el payaso será
usted”, respondió Veeck. “Eso quiere decir que no hubo bateador, que no
hubo base por bolas y que no hubo corredor emergente. Las hojas de anotaciones
no significarán nada de ahora en adelante”. Gaedel fue restituido y Veeck
cumplió su promesa: hoy por hoy el enanito es un inmortal en el béisbol.
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